Puestos los Ojos en Jesús

Hay una sola interpretación de la Biblia, pero diferentes aplicaciones. En esta ocasión tendré como base dos versículos con una aplicación que Dios puso en mi corazón. 

 

Hebreo 12:2 

Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de Él viene nuestra confianza, y es Él quien hace que confiemos cada vez más y mejor. Jesús soportó la vergüenza de morir clavado en una cruz porque sabía que, después de tanto sufrimiento, sería muy feliz. Y ahora se ha sentado a la derecha del trono de Dios. 

 

Mateo 14: 29-31 

Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó: 

¡Sálvame, Señor! Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo: 

¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste? 

 

Yo le tengo miedo a las alturas, me pongo nerviosa si estoy en un lugar alto, como azoteas, puentes peatonales y todo eso. Cuando me toca subir el puente peatonal yo trato de no pararme ni de estar mirando a los lados, porque el movimiento de los carros y el hecho de que estoy en un lugar alto me da un poco de miedo. Un día me acordé del versículo de puestos los ojos en Jesús. Y lo que hice fue que cuando me subí, visualicé el otro lado que tenía que cruzar como que, si ahí estaba Jesús, y fui caminando con la vista y el enfoque en Jesús y no enfocándome en mi alrededor y crucé sin miedo. 


Cada uno de nosotros tiene sus luchas, sus dificultades, sus temores, etc. Y yo sé que no es fácil, pero cuando nos enfocamos en esos problemas nos estarán abrumando y agobiando.  


Tú que lees esto, que ahora estás pasando por situaciones difíciles, entrégaselas a Dios. Este camino es largo y difícil, pero de la mano de Dios todo es más llevadero.  


Hay una frase que la quiero adaptar a esta reflexión: 

Dile a tus miedos, a tus ataques, a tus problemas lo grande que es Dios y no a Dios lo grande que son tus miedos, ataques o problemas. 


Pedro iba bien, hasta que tomó la mala decisión de mirar la magnitud del viento, eso hizo que su fe menguara, tú y yo debemos cada día decirle a Dios que nos de fe y que nos ayude a confiar en Él y a no creer que nuestros obstáculos son más grandes que Él.

 

Que tu mentalidad de ahora en adelante sea de fe, de confianza en Dios, el que nos protege, y tiene cuidado de nosotros.  

De ahora en adelante cuando esas situaciones vengan a tu vida o si ya están, habla con Dios, dile como te hace sentir y dile que te ayuda a mantener todo tu ser enfocado en Él.


Hace mucho leí que lo que más alimentamos es lo que nos va a gobernar y llevándolo a este contexto podemos decir que: si alimentas tu fe, caminarás en fe y con una confianza fuerte en Dios, pero si de lo contrario, alimentas tus miedos, si dejas que te agobien los problemas y si solo le das mente a esas cosas ¿Qué crees? la duda y el temor te van a dominar y te vas a hundir.

 

Es cierto que es imposible vivir sin dificultades, sin ataques y sin miedos en esta vida, pero depende de nosotros de como lo tomemos, de cómo lo miremos y reaccionemos. Tú decides si te quieres hundir ante todo eso, o si decides afrontarlo de la mano de Jesús, Él que va siempre en nuestra barca.  

 

Oremos 

Jesús, te doy gracias porque siempre me cuidas y estás al pendiente de mí, perdóname por todas las veces que he dudado de ti, por todas las veces en las cuales he creído que mis problemas son más grandes que tú. Ayúdame a confiar más en ti, dame fe para creer todas tus promesas y dame fuerzas para afrontar esta vida, en el nombre de Jesús te lo pido, amen. 





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